En 1972, Don Juan Gómez abrió las puertas de un pequeño expendio en el corazón del mercado de abastos, el más grande y vibrante de Oaxaca. Entre aromas, colores y voces, nació un espacio que no solo vendía mezcal, sino que compartía historias, identidad y raíz.
A lo largo de los años, este rincón se ha convertido en un epicentro de momentos inolvidables. Clientes de toda la vida, visitantes curiosos y amantes del buen mezcalhan hecho del expendio un punto de referencia por excelencia.

 

Hoy, ese expendio sigue de pie. Conserva su esencia humilde, auténtica y cercana. Aquí, cada encuentro es como el mercado mismo: lleno de vida, de relaciones espontáneas, de consejos sabios y charlas que sanan. Un lugar donde el mezcal no solo se bebe… se comparte.

Es el origen de todo lo que hoy somos. Y sigue siendo el lugar donde los verdaderos mezcalovers se sienten en casa.